miércoles, 2 de marzo de 2016

Tengo una TRIBU

Después de muchos días sin escribir, aquí estoy.

Estas últimas semanas, en las que hemos estado luchando contra los virus, ha tenido un significado muy concreto para mí un proverbio africano que dice: 

     “Para criar a un niño       
hace falta una tribu entera”


Por eso, hoy vuelvo para contaros que

¡Soy afortunada! ¡Tengo una tribu!

©Pixabay
Llámalo tribu, familia ampliada, amigos, compañía o como quieras. Pero esta tribu son personas concretas, con nombre y apellidos, que están a mi lado, ayudándome y queriéndome. Algunas las eliges, otras te vienen dadas, algunas están cerca, otras ahora están lejos, pero en algún momento de mi maternidad, o de mi vida, han sido muy importantes y siguen siéndolo.

Mi tribu, como madre, está formada principalmente por mujeres, pero también hay hombres que forman parte de ella (mi marido, mi padre, mi suegro e incluso amigos). Cada uno tiene una misión en un momento concreto. 
¡Somos un equipo!


Yo distinguiría dos aspectos de la tribu que se entremezclan:

1.   Como red de apoyo concreta y material.  Esta tribu está formada por las personas de tu familia, amigos o personas cercanas. Son aquellos a los que quieres, con los que estás a gusto, los que te aconsejan y apoyan incondicionalmente (incluso con algún pero), los que están a las duras y a las maduras. Son esas personas a las que puedes llamar a cualquier hora del día (y de la noche) y se presentan en casa para cuidar de los niños para que tú puedas ir a urgencias con el que está malo, que te traen comida para que puedas tener todo el día abrazado al que te necesita, que van a buscar al colegio a los niños para que no tengas que sacar a la calle al que tiene fiebre, etc. Mientras tú cuidas, a ti te cuidan.
©Pixabay
Yo tengo la suerte de tener la ayuda incondicional de mi madre. No hay persona más entregada y desinteresada que ella. Y puedo decir que estas dos semanas de fiebre, mocos y malestares he tenido la ayuda de familia, amigas y hasta de vecinas. Y cuando vivía en República Dominicana, lejos de mi familia carnal, encontré una tribu maravillosa de amigos que se convirtieron en mi familia y que lo seguirán siendo aunque ahora estén lejos.
Pero vivimos en una sociedad individualista, de personas solitarias e independientes; y cada vez nos cuesta más pedir ayuda y es más frecuente no tener cerca a nadie que te pueda echar una mano en un momento determinado. Sin embargo, no tener ayuda es un problema. Cuando los niños se ponen malos, cuando tú enfermas, o incluso cuando das a luz y necesitas que te mimen, te cuiden o se hagan cargo de tus otros hijos por un ratito, estás solo. Y no estamos hechos para estar solos.
2. Como “tribu de madres”, es decir, tener una compañía con quien expresarte, compartir experiencias, alegrías, preocupaciones, etc. Y saber que en algunos momentos estar cansada o agobiada es normal.
Antiguamente las madres compartían la crianza con otras madres. Es bueno y necesario compartir y vivir la experiencia de ser madre con otras madres de las que puedes aprender y a las que puedes enseñar.
Saber que no estás sola, en la vida y en el camino de la maternidad, es muy importante.
En cada lugar en el que vivimos debería haber un espacio donde las madres, los padres, las familias se pudieran reunir con sus hijos y compartir.
Actualmente también contamos con los nuevos medios de comunicación que nos permiten conectar al instante con madres de todo el mundo y sentir muy cerca a gente que está muy lejos. La tribu virtual también nos nutre y nos acompaña.


Por eso con este blog quiero hacer tribu. 
Tribu de madres, tribu de familias.

¡Seamos tribu!

¿Tú tienes una tribu? ¿Quieres ser parte de mi tribu?



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