lunes, 31 de diciembre de 2018

Feliz Año Nuevo

El año nuevo se acerca y cada fin de año es momento de reflexionar y hacer balance del año que termina: las cosas que nos han sucedido (esperadas o inesperadas, buenas o no tan buenas), lo que he aprendido, lo que debo mejorar, los propósitos conseguidos y los que siguen pendientes.


¿Qué he aprendido de lo que me ha sucedido?

Y para el nuevo año tenemos deseos (¡¡nunca dejes de desear!!) y propósitos (propósitos nuevos y propósitos en proceso).

Lo que debemos hacer es cumplir aquellos que realmente nos hacen felices de verdad, estar mejor con nosotros mismos y que nos hacen mejores personas.


Céntrate en los propósitos que hablan de lo que deseas de verdad y de lo que realmente te hace feliz.



Yo me quedo con todo lo que me ha sucedido en el año, lo que me había propuesto y he cumplido, lo que esperaba que sucediera y de cada imprevisto y novedad (bueno o malo), porque de todo se aprende y todo forma parte de mi camino y de quién soy. 

Yo quiero desearte que, sea cual sea el camino que tengas que recorrer este nuevo año, esté lleno de deseos y lleno de gente con la que compartirlos.


¡¡Feliz 2019!!


¿Cuáles son tus propósitos para este nuevo año?

Comparte tus deseos y haznos parte de ellos. 
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martes, 25 de diciembre de 2018

Y un Niño nació. ¡FELIZ NAVIDAD!

Seamos o no creyentes en Navidad celebramos el nacimiento del Niño Jesús.

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en cómo sería 
el embarazo y el parto de la Virgen María?

Normalmente, en los nacimientos, encontramos al Niño entre pajas, en su cuna, cerca de sus padres, pero pocas veces en los brazos de su madre. Aunque encontramos imágenes de María embarazada o dando el pecho (podéis echar un vistazo a mi sección BreastfeedingArt), es raro encontrar Nacimientos con imágenes de María dando a luz o dando el pecho a un Niño Jesús recién nacido.

Virgen embarazada

Para felicitaros la Navidad yo os lo quiero contar de la manera en la que yo me lo imagino…

La Virgen María era muy joven cuando se quedó embarazada. Debía ser una joven fuerte y valiente. Embarazada de unos pocos meses recorrió un largo camino (tramos a pie, en burro o en carro) para visitar a su prima Isabel que también estaba embarazada. Seguramente la finalidad de la visita fuera para recibir consejo y acompañarla en su embarazo, tan inesperado y sorprendente como el suyo. Este largo camino (María vivía en Nazaret y su prima cerca de Jerusalén), seguramente lleno de dificultades y peligros lo recorrió ida y vuelta, sola y embarazada. Y cuando ya estaba en la recta final de su embarazo, San José le dice que tienen que irse a Belén a empadronarse. Más de 160 km de viaje en burro, lo que supondría varios días de camino, quizás más de lo habitual, pues tendrían que hacer frecuentes paradas para que María descansara.

Natividad Camino a Belén
Película Natividad

De Nazaret a Belén
Google maps

¿Quién de nosotras, madres, somos capaces de hacer los esfuerzos 
que tuvo que hacer la Virgen en su estado?

Por si no había tenido suficiente con llegar a Belén, agotada y con contracciones de parto, no encuentran dónde hospedarse. Mucha gente ha llegado antes que ellos para censarse. Imaginaros cómo se sentiría San José. Cansado, preocupado, angustiado. Su mujer va a dar a luz y no tiene un lugar digno para acomodarla. A duras penas encuentra un establo, una cueva, en definitiva, un lugar resguardado, donde descansaban los animales, con paja y algo de leña. Amontonaría un poco de paja y pondría una manta a modo de cama para que María se tumbara y descansara mientras sentía que el nacimiento de su Hijo estaba cerca. San José le acompañaría discretamente. Cerca de María, disponible, pero lo suficientemente alejado para dejarle a ella concentrarse en su alumbramiento. Prepararía una hoguera para dar luz y calor, iría a buscar a una partera, iría a por agua y a pedir paños y víveres a los lugareños.

María, expectante pero tranquila, segura de que el momento ya había llegado. Confiada en que todo iba a salir bien. Concentrada en su respiración, en su cuerpo, en su Hijo. Ofreciendo ese dolor por Amor.

Quizás San José llegó con la partera cuando Jesús ya había nacido. Quizás San José estaba cerca porque no había nadie que pudiera ayudarles y se acercó a María cuando oyó al bebé recién nacido.

Natividad
Película Natividad
María cogió a su hijo y lo puso en su regazo, piel con piel, abrazándolo mientras lo cubría con su ropa. Ambos, recostados, se miraron, se sintieron, se reconocieron, enamorándose el uno del otro.

¿Hay algún acto de amor mayor?

Jesús llegó al mundo en el mejor lugar donde podía encontrarse, en brazos de su madre, no necesitaba nada más, sólo su calor, su olor, seguir oyendo el latido de su corazón. Poco a poco Jesús fue buscando su alimento. Movió su cabecita, apoyó sus manitas y encontró el pecho de su madre. Jesús tomó el calostro de su mamá hasta que ambos se quedaran profundamente dormidos. San José, estaría cerca contemplando esa bella escena llena de ternura.
Laura (Instagram: es_vixdrawz)
Cedida por Laura (Instagram: es_vixdrawz)

Todo sería silencio y contemplación. Ternura y amor.

Todos los que llegaban a adorarle quedarían en silencio, contemplando desde una distancia prudencial, sin atreverse a interrumpir. San José recibiría los presentes y las felicitaciones.

Contemplemos nosotros a este Niño que llena de alegría nuestras vidas.
 ¡¡FELIZ NAVIDAD!!


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domingo, 18 de noviembre de 2018

¿Cómo abrigo a mi bebé en un portabebé?

Con la llegada del otoño, la lluvia y la bajada de las temperaturas siempre dudamos de si abrigamos lo suficiente a nuestro bebé. 

¿Cómo sabemos si un bebé tiene frío o calor? ¿Cuántas capas de ropa tengo que ponerle? ¿Si le cubro solo con mi abrigo tendrá frío?  ¿Le pongo el abrigo y luego le meto en el portabebé? ¿Me pongo la mochila sobre mi abrigo o me pongo el abrigo sobre la mochila?

Pensemos….
Lo primero a tener en cuenta es que el portabebé supone una, dos o tres capas más de ropa (según el tipo de portabebé y/o nudo que hayamos realizado en caso de que sea un fular). Esto ya le protege, por eso en verano, si usamos un fular tejido hacemos nudos más frescos con los que se pongan menos capas sobre el bebé.
Si nosotras nos ponemos muchas capas (camiseta interior, camisa, jersey…) y además ponemos el portabebé sobre nuestro abrigo puede resultar un poco aparatoso y podemos parecer un robot al movernos. Por lo que esta opción no es la buena. 
Lo mismo ocurre si al bebé para que no pase frío le ponemos muchas capas de ropa y el abrigo y después le metemos dentro del portabebé. El pobre niño no puede moverse y morirá de calor.
La mejor opción siempre es abrigarles por fuera del portabebés, por varios motivos:
1. Si les ponemos un abrigo nunca sabremos exactamente la temperatura corporal que tiene nuestro bebé. Lo más sencillo y lo recomendado es abrigarle con la ropa que estaría en un lugar con una temperatura agradable (es decir, en casa), ponerle en el portabebé y cubrirse con el mismo abrigo el porteador y  el bebé. El cuerpo de mamá y del bebé generan calor y si ambos se mantienen unidos en el “mismo ambiente” ambos tendrán la misma temperatura y es más fácil que sepamos si la temperatura a la que está nuestro bebé es la adecuada.

2. Es muy difícil ajustar un portabebés en una posición óptima si el bebé lleva ropa de abrigo puesta, especialmente buzos o abrigos gruesos. Se forman arrugas en los abrigos que pueden molestar al bebé y suelen quedar demasiado prietos en el portabebés, con buena intención los aflojamos para que estén “más cómodos”, y, sin embargo, esto hace que se desplace el centro de gravedad y al porteador le duela la espalda.

3. Si el bebé se duerme no es necesario despertarle para desabrigarle al no tener que sacarle del portabebé. Esto nos facilita mucho las cosas cuando pasamos del frío de la calle a un lugar caluroso como una casa o un centro comercial.

PERO ¿CÓMO NOS ABRIGAMOS LOS DOS A LA VEZ?
Cuando el bebé es recién nacido podemos usar un abrigo amplio que todavía nos cubra a ambos o una capa o poncho que este año están tan de moda.
Si el bebé es más grande y nuestro abrigo no le abarca siempre podemos ponerle una mantita, o similar, por encima, con un gorrito y calentadores.

Sin embargo, estas opciones tienen algunos inconvenientes:
– Sólo podrás portear delante.
– Si pones una mantita o similar, debes asegurarte que está bien sujeto sin que interfiera en el uso del portabebé, que abriga adecuadamente al bebé y le deja las vías aéreas despejadas.

Si tenemos algo más de presupuesto o nos tienen que hacer un regalo (por qué no pedírselo a los Reyes ahora que se acerca la Navidad), existen unos cobertores especiales para portabebés. Y si los Reyes están espléndidos lo más de lo más son los abrigos de porteo que puedes seguir usando cuando ya no portees a tu bebé.

Las ventajas del COBERTOR DE PORTEO es que puede utilizarlo indistintamente cualquier porteador, porque son talla única y en la mayoría de los casos se adaptan fácilmente a cualquier tipo y modelo de portabebé.
Porteo en invierno Caminaré Porteame
© CAMINARÉ

Algunos cobertores son de forro polar, otros impermeables (¡qué mejor momento para portear que los días de lluvia, los dos calentitos, protegidos por el paraguas y sin el aparatoso carro con el incordioso plástico de lluvia). Los hay artesanales y de marcas conocidas. Es cuestión de encontrar el que más nos guste. Y si eres mañosa o tienes una madre (o suegra) que cose de maravilla, quizás puedas hacer tu propio cobertor.
Los cobertores pueden usarse porteando a la espalda, pero, como hemos dicho antes ajustar el portabebés por encima del abrigo y que quede correctamente no suele ser fácil y no es recomendable. La mejor opción es si tienes un abrigo de porteo, sino mejor dejar el porteo a la espalda para el buen tiempo.

Los ABRIGOS DE PORTEO constan de un cierre delantero y otro trasero, normalmente de cremalleras, a los que se adapta un cobertor o un aplique con un agujero para que el bebé pueda sacar su cabecita.
Son realmente versátiles. Los puedes utilizar con bebé o sin él, porteando delante y a la espalda (llevan cremalleras también a la espalda para poner el acople), puedes portear gemelos o a dos niños a la vez, uno delante y otro a la espalda, haciéndote con un insertable extra, e incluso puedes usarlo embarazada con unos acoples sin el agujero de la cabeza que se ponen en lugar del acople del bebé.
Porteo en invierno Camianré
Portéame
Existen numerosos abrigos en el mercado, los hay de vestir, de sport, impermeables e incluso unisex, así que si tú y tu pareja vais a portear y tenéis más o menos la misma talla, podéis utilizar los dos el mismo abrigo. También existen versión chaleco de forro polar.


Abrigos de porteo  boba vest caminaré blog
Boba Vest
Abrigos de porteo el ultimo koala
El último Koala


Solo tienes que encontrar uno que te guste y satisfaga tus necesidades.

Así que aunque aparentemente sean caros es una inversión estupenda a la que se le puede sacar buen provecho.



¿Vosotros qué opción elegís?












Si tienes dudas sobre cuál es la opción que mejor se adapta a vuestras necesidades puedes escribirme a caminare.portalacta@gmail.com o pedir una asesoría de porteo. Estaré encantada de ayuadarte.


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martes, 6 de noviembre de 2018

Ideas para gestionar el enfado de tus hijos (y el tuyo)

En el post anterior hablábamos de las emociones, de cómo identificarlas y de cómo es necesario enseñar habilidades a nuestros hijos para saber manejarlas.

Hoy quiero dejaros algunas ideas para ayudar a nuestros hijos en el aprendizaje de habilidades sociales y concretamente en cómo gestionar sus enfados y, ¿por qué no?, también los nuestros, porque ya sabéis que se predica con el ejemplo y los niños aprenden más de lo que hacemos que de lo que les decimos.



sentimientos negativos



¿Qué podemos hacer para ayudarles en el aprendizaje de habilidades sociales?

  • Como os acabo de decir lo más importante siempre es ser modelos de comportamiento.
  • Dejar de lado las interferencias cuando hablamos con ellos y mirarnos a los ojos. Dejar el móvil y apagar la televisión mientras se habla o se come en familia. Buscar un momento al día para hablar con nuestros hijos y reunirnos toda la familia y poder compartir nuestras vivencias, emociones, sentimientos, emociones.
  • Fomentar su autonomía y no sobreprotegerlo.
  • Hacer ver al niñ@ que es muy importante pero que "el mundo no gira en tono a él/ella".
  • Establecer normas y límites claros.
  • No acceder a peticiones que vengan precedidas de rabietas o muestras de violencia o falta de respeto. Ayúdale a expresar lo que quiere, lo que piensa y lo que siente de forma adecuada. También debemos enseñarles a pedir ayuda cuando lo necesiten.
  • Enseñarle a respetar a los demás: sus opiniones, sus juguetes, su turno de palabra, su raza, su sexo, su religión...
  • Fomentando su capacidad de escucha y de atención a los demás.
  • Enseñarles a ponerse en el lugar del otro para poder entender mejor lo que sienten los demás.
  • Compartiendo momentos de ocio.
  • Decirles cuánto les queremos. Son un regalo.


Ideas para gestionar SU enfado

Qué NO hacer

•  NO te tomes la rabieta como algo personal. Su enfado no es contra ti (aunque te diga que es por tu culpa), ni su enfado es tuyo (no intentes solucionarlo tú).
•  NO pierdas el control ni te enfades con tu hijo. Enfadarte sólo va a asustar o violentar más al niño haciendo que su frustración aumente y la rabieta empeore. Transmite tu calma al niño. Saber que el problema lo tiene el niño y no nosotros suele ayudar a los padres a tomarse las cosas con más calma.
•  NO atosigues al niño y le pidas que se calme una y otra vez. Si sigue muy enfurruñado o llorando déjale que se desahogue, posiblemente necesite más tiempo.
•  NO le hagas pasar vergüenza, no le menosprecies, ridiculices ni le compares.
“El señor de la tienda te está mirando”, “Qué feo estás cuando te enfadas”, “Mira lo tranquilo que está tu hermano”
•  NO le castigues. A veces la mejor manera de solucionar las cosas no son los castigos. Lo único que nuestro hijo está haciendo mal es expresar cómo se siente y no se va a sentir mejor si se siente incomprendido y castigado. Si realmente al manifestar su frustración ha roto algo o pegado a alguien, cosa que no se puede consentir, la mejor opción es que limpie, recoja o arregle lo roto o que ayude a uno de sus hermanos o juegue con él.

Qué SÍ hacer

•  Reconoce sus sentimientos. Hazle saber que entiendes su frustración y enfado utilizando la empatía. Le ayuda a sentirse comprendido y a comprenderse a sí mismo.
“Te apetecía mucho ir al cine”, “Entiendo que te hayas enfadado mucho”
•  Explícale el porqué de tu negativa. El problema no suele venir de que el niño no entienda la situación sino de su dificultad para dominar sus emociones. Sin embargo, a veces funciona volverle a explicar los motivos y es la manera más rápida y tranquila de solucionar el enfado. “Hoy no podemos ir al cine porque papá tiene que trabajar hasta tarde y él quería acompañarnos”
•  Ofrécele otras opciones. “Podemos ir al cine este fin de semana y podemos proponérselo a los primos y si quieres hoy podemos ver en casa una película con palomitas”.
•  Quédate cerca de él. No le ignores. Debemos estar presentes, cerca suyo para que sepa que estamos a su lado y que nos importa cómo se siente. Normalmente rechazan el contacto físico, pero quédate lo más cerca de él que te permita. Si te deja, acaríciale o tómale en brazos cuando esté algo más calmado.
Pero a veces los niños enrabietados piden que sus padres les tomen en brazos y sus padres les niegan el abrazo pensando que no se lo merecen. Sin embargo, el abrazo es una petición de socorro para intentar unir los cables que la rabieta ha cortocircuitado, y dar un abrazo, si el niño lo pide o se deja es tremendamente útil. De hecho la mayoría de las rabietas de mis hijos suelen acabar con abrazos. A mi con mi hijo pequeño de 5 años me suele funcionar decirle: "Yo creo que lo que necesitas es un abrazo". Y me agacho y le abro los brazos para que se acerque a mi a abrazarnos y es realmente útil. Se calma, a veces se le pasa y otras no, pero aunque siga enfadado se siento acompañado.
•   Déjale espacio y tiempo para que se calme y exprese libremente.
• Cuando esté tranquilo, enséñale formas en que se puede calmar cuando se enfada: respirar hondo, imaginarse en un lugar que para el niño represente tranquilidad y le guste, o usar los botes de las emociones o un "emociómetro" para que pueda explicarte cómo se siente. Si tu hijo es más mayor y sabe escribir, proponle escribir cómo se siente, porque plasmarlo en papel ayuda a ordenar y aclarar los pensamientos y a ir más al fondo de la frustración. Así si no quiere hablar contigo o le cuesta, puede escribirlo cuando quiera y después leerlo tú.


Ideas para gestionar TU enfado

Lo primero de todo es estar nosotros tranquilos para poder tranquilizar a nuestros hijos en medio de una rabieta o cuando sus sentimientos negativos explotan. Pero es no es fácil, porque tendemos a explotar nosotros.

¿Por qué nos enfada tanto que ellos se enfaden?

Si el malestar, frustración, rabia o estallido de tu hijo aparece sin más, conserva la calma. Es algo que le pasa a él y necesita tu ayuda (aunque al principio la rechace).

Si es causado por algo que le has dicho o pedido, intenta entender el porqué de su enfado. Evita gritarle y corrígele con firmeza pero de forma positiva.

Si ha hecho algo malo como hacer daño a uno de sus hermanos mientras jugaban, mantén la calma y piensa qué es lo que quieres hacer y decir.

No pierdas nunca de vista cuál es tu principal objetivo en ese momento: enseñar a tu hijo formas sanas de expresar su enfado, ayudarle a calmarse, a entenderse y a superar su frustración.

Os dejo algunas ideas:

• Antes de gritar… Respira hondo, cuenta hasta 10, o aléjate un momento de tu hijo (si la situación lo permite). Esto siempre se dice y no es fácil hacerlo. Gritar es también nuestro mecanismo de defensa porque de algún modo nuestro cerebro percibe una situación de peligro. Pero, en la mayoría de los casos, gritar no es eficaz, a veces hace que se enrabieten más y se encierren más en sí mismos y con el tiempo se inmunizan frente a los gritos. 
•  Averigua qué desencadena tu enfadoAunque las cosas suceden muy deprisa, en el tiempo que llegas a la “escena del crimen” piensa qué sientes. Si sabes qué te enfada y por qué, podrás encontrar mejores maneras de cambiar la situación. Los adultos que reconocen y se responsabilizan de su enfado son más eficaces a la hora de ayudar a sus hijos a gestionar su propio enfado. A lo mejor sólo te enfada porque estás cansada o bloqueada con los problemas del trabajo y sólo quieres que estén tranquilos. A  veces, la misma cosa si estamos bien con nosotros mismos no nos enfada tanto y reaccionamos de mejor manera, mientras que si estamos cansados, agobiados o preocupados nos hace estallar. Este punto de tomar conciencia puedes practicarlo en cualquier momento, así, cuando suceda tu enfado podrás reaccionar mejor más rápidamente.
•  Intenta empatizar con tu hijo. Pregúntate: Si yo fuera mi hijo, ¿cómo me sentiría? Dile que entiendes cómo se siente y ayúdale a poner nombre a su sentimiento. También le muestras que hablar es una buena manera de gestionar el enfado y desahogarse. También puedes decirle lo que sientes tú cuando él está así.
•  Cuando eres capaz de entender tus sentimientos y los de tu hijo, es más fácil encontrar otras soluciones más adecuadas.






Y tú, ¿cómo afrontas tus sentimientos negativos y los de tu hijo?
¿Qué herramientas utilizas?


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martes, 30 de octubre de 2018

Cómo fomentar las habilidades sociales y la inteligencia emocional en nuestros hijos

En el colegio de mis hijos están trabajando las  habilidades sociales y las emociones, adaptándolo a cada nivel educativo y curso. Han ofrecido a los padres una charla formativa y algunos padres, los que hemos querido implicarnos, hemos participado en las clases realizando alguna actividad relacionada.

El desarrollo emocional es básico e imprescindible en nuestras vidas y debe trabajarse desde la más temprana infancia.

Ayudar a nuestros hijos a expresar sus sentimientos de forma adecuada no es fácil, mucho menos cuando se trata de sentimientos negativos como enfado, rabia o ira. Muchas veces, somos nosotros mismos los que tenemos serias dificultades para controlar nuestros enfados, y qué os voy a contar si los enfados nos los provocan las cosas que hacen los niños.

Es muy importante hacer saber al niño que estar triste, enfadado, con ira, rabia, envidia, celos… es algo que a todos nos sucede. Los sentimientos aparecen en nosotros sin pedir permiso. La cuestión es qué hacemos con esos sentimientos. Conocer e identificar nuestros sentimientos y qué nos suscitan es necesario para poder canalizarlos y gestionarlos de manera adecuada. Negarlos o reprimirlos no es bueno y, con el tiempo, puede ser contraproducente.

Hay que dejar claro a los niños que ellos no son malos, no hay que culparles ni etiquetarles (“¡Qué malo eres!”). Lo que es malo es la expresión inadecuada de su sentimiento.

Para que los niños aprendan a expresar sus sentimientos de manera adecuada, debemos estar a su lado, hablar mucho con ellos y ofrecerles herramientas para que puedan expresar cómo se sienten.

Los pequeños lo viven todo con tanta intensidad que a veces están saturados de emociones y no son capaces de expresar con palabras qué les pasa y cómo se sienten. Por eso, sufren las rabietas que tanto nos "enrabietan" a nosotros.



Por eso, las habilidades sociales son el conjunto de conductas aprendidas que determinan la forma en que nos relacionamos con los demás: cómo decimos las cosas cuando estamos enfadados, cuando necesitamos algo, cuando expresamos lo que sentimos, etc. Los niños con habilidades sociales suelen tener una mejor autoestima, se relacionan mejor con los demás y hasta tienen un mejor rendimiento académico.

Para los más pequeños, en la clase de infantil, algunas mamás trabajamos con ellos las emociones más básicas con el libro "El Monstruo de colores", en cuya web y navegando por Internet podéis encontrar múltiples recursos. Nosotras, vestidas cada una de un color, les contamos el cuento con marionetas y luego, además de cantar y bailar una canción que encontramos en versión rockera, hicimos los botes de colores para que los utilicen en clase. Ellos además ya utilizan el "Emociómetro del inspector Drilo" otro libro que está muy bien y que amplía más emociones.




En Primaria hemos trabajado la "Flor de los halagos". Porque más allá de sus sentimientos y emociones está la percepción que tienen de sí mismos. En general les decimos más las cosas que hacen mal, pero muy pocas les alabamos las cosas que hacen bien, algunas porque damos por hecho que tienen que ser así. Un ejemplo algo exagerado: a mi me descompone que tiren el vaso de leche por las mañanas y, aunque intento mantener la calma y cada vez lo consigo más, suele estallar mi enfado. Sin embargo, nunca he pensado que podría felicitarles por no tirar el vaso y por lo bien que desayunan. Doy por echo que lo normal es que el vaso no se caiga, pero quizás es más normal que un niño pequeño tire el vaso a que desayune de forma inmaculada. 
Con esto no quiero decir que les felicitemos por cada cosa que hagan, pero sí valorarles más las cosas importantes, sus pequeños logros e intentar "fundirles" menos con las cosas que hacen mal, que las tienen muy claras.
Con la "Flor de los halagos" cada uno tenía que escribir en el centro de la flor algo bueno de él, y cada pétalo es algo bueno que cada uno de sus compañeros dice de él/ella. Realmente no es tan fácil como parece y les cuesta, sobre todo hacia algunos compañeros. Por eso hemos querido dejarles claro que cada uno de ellos es un tesoro y todos tenemos y hacemos cosas buenas, sólo hay que estar atentos para descubrirlas.



Otro recurso para trabajar con vuestros hijos si están en primaria es el libro Emocionario, también muy recomendable.

En el próximo post intentaré daros algunas ideas de qué podemos hacer los padres para ayudarles a fomentar  sus habilidades sociales, especialmente cuando se trata de manejar las rabietas y expresar los sentimientos negativos, no sólo de los niños sino también los nuestros.



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miércoles, 24 de octubre de 2018

Lo que debemos enseñar a nuestros hijos

Qué importante es todo lo que los hijos aprenden de sus padres.
Pero, ¿quién nos enseña a ser padres?
En nuestro ser queda grabado cómo nos han educado nuestros padres y, cuando nos toca a nosotros serlo, sabemos qué cosas queremos repetir con nuestros hijos y cuáles queremos mejorar. También aprendemos de otros padres y de otras familias cuya forma de estar con sus hijos nos parece atractiva y adecuada. A ser padres aprendemos cada día, a medida que nuestros hijos crecen y con las experiencias acumuladas con cada uno de ellos. Ellos también son nuestros pequeños maestros.
Muchas veces hemos oído decir que “la carrera más difícil en la vida es ser padres”. Tenemos que tener múltiples conocimientos, ser polivalentes y desarrollar infinidad de capacidades: organización, planificación, trabajo en equipo, resolución de conflictos, iniciativa, creatividad, liderazgo, motivación, oratoria, inteligencia emocional, gestión de recursos, prevención de riesgos, gestión del cambio, coaching, y así un sinfín más; pero sobre todo tenemos que ser capaces de amar sin medida.
Es un trabajo que desgasta, física y emocionalmente, pero saca lo mejor de nosotros mismos y nos ofrece las mejores recompensas. No hay recetas mágicas y a cada familia le funciona una cosa diferente, pero lo que nadie puede negar es que todos queremos ser felices y queremos lo mejor para nuestros hijos. Por eso, cada día, y cada momento, es una nueva oportunidad para volver a empezar, para pedirnos perdón cada vez que nos equivocamos y tratar de aprender para hacerlo mejor en la próxima ocasión.
Si vivimos con esta conciencia y cuidamos este deseo, nuestros hijos lo notan y aprenden de nosotros, casi sin darnos cuenta, las lecciones más importantes para la vida:
  • A amar y a ser amados incondicionalmente.
  • A creer en ellos mismos y a saber lo valiosos que son.
  • A vivir cada día, y cada momento, como una nueva oportunidad para volver a empezar.
  • A pedir perdón y a perdonar.
  • A apasionarse por la vida y a disfrutar con las pequeñas cosas y con todo lo que hagan.
  • A reconocer y disfrutar de la belleza de las cosas.
  • A ser agradecidos y valorar lo que tienen.
  • A ser generosos.
  • A comunicarse y a expresar lo que quieren y lo que sienten.
  • A soñar y a luchar por las cosas que desean.
  • A distinguir lo que les hace ser mejores personas.
  • A buscar el mejor camino por donde recorrer su vida.
Educación Caminaré
© CAMINARÉ

Y vosotros, ¿qué queréis enseñar a vuestros hijos?

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jueves, 11 de octubre de 2018

Planes para días de lluvia

Llegó el otoño y llegó la lluvia. Y este año ha llegado de un día para otro.
Los días se hacen más cortos, llueve, refresca. Da pereza salir de casa, mojarse. Nos dan ganas de hibernar como los animales, caemos en letargo.

Pero los niños no entienden del tiempo y de quedarse en casa. Necesitan salir al aire libre, moverse, explorar.

Hay países donde el invierno es más largo y frío que en España, llueve más, nieva, y, a pesar de todo, los niños siguen saliendo a la calle a jugar, sin miedo a los resfriados, porque saben que los virus no se incuban en el exterior sino quedándose en casa. Sin embargo, a nosotros se nos acaba el mundo cuando caen cuatro gotas y empieza el frío.

Nos angustia tener a los niños encerrados en casa todo el fin de semana, enchufados a la televisión, para que no corran, no griten, no hagan desorden, en definitiva, para que no nos molesten.

Pero no desesperéis. El frío no debería ser obstáculo para seguir saliendo a la calle y, si decidimos quedarnos en casa, hay muchas opciones, sólo hay que tener imaginación y ganas de jugar con ellos.

Podemos hacer muchas cosas en familia por poco dinero, educativas, creativas y con las que disfrutaremos grandes y pequeños. 


Planes para hacer fuera de casa

A priori sólo se nos ocurre ir al centro comercial, al cine o llevarles a un parque de bolas. Afortunadamente tenemos muchas más opciones que las que tuvieron nuestros padres con nosotros. 


Bien abrigados, con un buen chubasquero o paraguas y botas de agua 
¡no hay nada que se nos resista!
· Excursiones por el campo. En otoño la naturaleza tiene un encanto especial con los múltiples colores que adopta. Estar en contacto con la naturaleza nos reconforta a todos y si enseñamos a los niños a descubrir y disfrutar de ella dejará en ellos grandes recuerdos y experiencias.
Planes con niños en otoño
© CAMINARÉ
o Pasear sobre las hojas, escuchar el ruido que hacen al pisarlas y sentir la sensación de removerlas con los pies.
planes para días de lluvia
© CAMINARÉ
Jugar con las hojas. Hacer una guerra de hojas, hacer un gran montón de hojas y saltar sobre ellas, tumbaros o esconderos.
niños y otoño
Pixabay
o Coger hojas de diferentes formas y colores. Con ellas podrán descubrir la variedad de formas y colores que tienen las hojas, y si os las lleváis a casa podrán hacer un un álbum de hojas, un marcapáginas o pegarlas en una cartulina y dará pie a que investiguéis de qué árbol son.
hojas de otoño
Pixabay
o Recoger frutos del bosque. Si pensáis hacer una excursión por el campo o específicamente ir a un bosque donde haya muchos frutos otoñales (castañas, nueces, avellanas) llevaros una cesta o bolsa para guardar todo lo que recolectéis.  A los niños les encanta jugar a buscar cosas y les motiva volver a casa con un gran botín. Es una actividad divertida que les ayuda a mejorar su atención y su paciencia. Además al llegar a casa podéis comeros los frutos que hayáis encontrado.
recoger frutos de otoño con niños
Pixabay
· Mojarnos bajo la lluvia y saltar los charcos. Si llueve es divertido salir a mojarse y saltar en los charcos es una de las cosas que más les gusta a los niños pequeños. Sin embargo, pocas veces les dejamos hacerlo. Probad a salir a la calle un día de lluvia y despertad en ellos la curiosidad y el asombro al sentir las gotas de lluvia caer en su cara, escuchar el sonido de la lluvia y el viento, observar los círculos que forman las gotas al caer en los charcos; esta observación pausada les estimula muchísimo y les encanta. Y después a disfrutar saltando en los charcos. Los niños lo pasan genial, y si os lleváis la cámara podréis hacer fotos y vídeos chulísimos.
pisar charcos
Pixabay
· Ir a la biblioteca. Ir a la biblioteca les despierta el gusto por la lectura. Podemos pasar un rato leyendo cuentos y eligiendo otros muchos para llevar a casa. También encontramos música infantil y películas. Además se realizan actividades gratuitas como cuentacuentos y talleres infantiles.


ir a la biblioteca infantil
Pixabay
· Visitar museos. Si vivís en una gran ciudad seguro que hay muchos museos que visitar y que a los niños les van a encantar: de arqueología, el de ciencias naturales, de historia y hasta los de arte. Investigando un poco descubriréis que hay visitas guiadas para niños y actividades y talleres hechas especialmente para ellos.

· Un paseo por la ciudad. Seguro que hay un montón de lugares de la ciudad donde vivís que no conocéis o a los que siempre os gusta volver. Para los niños cada vez es algo nuevo. También podéis hacer una excursión a una ciudad cercana a conocer cosas nuevas.

En casa, ¡creatividad al poder!
Quedarnos en casa es el momento para desarrollar toda nuestra creatividad. 
El poder de hacer diferente las cosas de siempre.
· Dibujar y Pintar. Los libros de colorear están muy bien, pero el dibujo desarrolla mucho más  su creatividad y su motricidad fina. Es fundamental que siempre tengan a mano papel y lápices de colores y dejarles que libremente hagan sus propias creaciones en el momento en que les llegue su inspiración. Si queremos hacer algo diferente podemos comprar cartulinas o papel continuo, usar lápices, ceras, témperas, pinturas de dedos, pintar con pinceles, pegar recortes y todo lo que se nos ocurra.
manualidades con niños
Pixabay
· Manualidades. Podemos usar plastilina, arcilla, hacer papiroflexia, coser, etc.
· Disfrazarse. No hay que esperar a carnaval para disfrazarse, tampoco es necesario comprar disfraces. Los niños pueden ponerse ropa y complementos de los mayores, pueden maquillarse o les podemos pintar la cara. Y pueden crear sus propios disfraces con todo lo que encuentren ¡Será superdivertido!


planes con niños
Pixabay
· Búsqueda del Tesoro. Nuestra casa puede ser una isla del tesoro, podemos hacer un mapa e ir dejando pistas o pruebas que deberán hacer o conseguir para encontrar el tesoro. ¿Qué tal unas ricas monedas de chocolate?
· Transformar una caja de cartón en un coche de carreras, un cohete, un nido de dinosaurios...

planes con niños

· Hacer una tienda de campaña en casa. Debajo de una mesa, juntando un par de sillas, mantas o sábanas, linterna y mucha imaginación.
creatividad y juego libre

· Cuentacuentos. Podemos leer los libros que cojamos de la biblioteca en forma de cuentacuentos o hacer un teatro de marionetas o juegos de sombras chinescas.
cuentacuentos y teatro infatil
· Cocinar. A los niños les encanta ayudar en la cocina, ¿por qué no dejarles que nos ayuden en la medida de sus posibilidades?. Podemos hacer un bizcocho, magdalenas, tartas o galletas para los más golosos. O preparar una merienda rica y divertida para toda la familia.
cocina creativa con niños Caminaré
© CAMINARÉ
· Ver películas en familia. Como no queremos que estén todo el tiempo ni todos los días viendo la tele, puede haber alguna tarde especial en que toda la familia nos juntemos a ver una película o dibujos animados. Yo os recomiendo elegir lo que queremos ver y el momento en que vamos a estar viendo la tele. No poner la tele por ponerla. Elegid películas bellas, que trasmitan algo a los niños. No es necesario ver todas las películas comerciales (aunque sean aptas para todos los públicos) ni ponerles la saga de moda porque a nosotros nos encanta, quizás no sea lo más adecuado para su edad.  Os animo a rescatar las series de toda la vida como Heidi, La Abeja Maya, La vida es así, o dibujos como Caillou o Pocoyo. 
· Y por supuesto los juegos de mesa.

Y vosotros, ¿cómo vais a pasar los días de lluvia?




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